Tras haber hablado de la idea a nivel empresarial, la vamos a tratar ahora a nivel literario.
La idea es el cimiento sobre el que se asienta una obra escrita y se puede definir en cuatro dimensiones, a nivel temático, narrativo, conceptual o estético.
El tema, el primer nivel, lo define muy bien Syd Field en su libro “El manual del guionista”, donde habla de tema como la suma de acción y personaje. Siguiendo esta teoría cualquier obra podría reducirse a un par de frases. Veamos algunos ejemplos que se presentan en el libro:
Un visitante del espacio exterior que no llega a tiempo a su nave espacial y es encontrado por unos niños que se hacen sus amigos y le ayudan a escapar (E.T.)
Un arqueólogo recupera un documento o artefacto famoso que ha estado perdido durante siglos (En busca del arca perdida)
Un abogado poco escrupuloso que conoce a una mujer casada de la que se enamora y mata a su marido para poder estar con ella. Pero ha sido inducido por ella a cometer el crimen y acaba en la cárcel, mientras que ella acaba con una fortuna en un paraíso tropical (Fuego en el cuerpo)
Un ladrón profesional, un solitario, que consiente en realizar un trabajo para un sindicato del crimen y es traicionado; acaba matando a todo el mundo y recupera lo que es suyo (Ladrón)
En la misma línea se mueve Stephen King en “Mientras escribo”, quien deshecha los esquemas argumentales predefinidos y habla de una situación y unos personajes de partida, a partir de la cual se crea la historia. Es decir, niega el tener un final de antemano, defendiendo que en el momento en que se identifica un personaje, éste tendrá las reacciones propias de su carácter y llevará al escritor a donde él quiera.
En base a lo dicho, si de verdad quiero escribir una novela, deberé centrar de alguna forma el tema, aunque sin ser concreto, sin detalles. Por lo que, mi historia trata de…
Tres amigos, un pianista de bar, un prometedor actor y un informático con aspiraciones de escritor. Todavía desconozco la situación de partida como dice King. Tengo a los tres parados en la casilla de salida, esperando a que cobren vida. No quiero forzar cualquier inicio, así que pensaré un poco más para decidir en qué lugar estos tres personajes serían interesantes. Es algo así como aquella obra de Pirandello de “Seis personajes en busca de un autor”, pero aquí lo que buscan es una acción.
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